Qué es la artrosis
La artrosis es una enfermedad degenerativa crónica de las articulaciones debido a su desgaste continuado que afecta tanto a los huesos como a los cartílagos. Causa inflamación, disminución de la movilidad y dolor.
Puede darse en perros y gatos de cualquier edad y raza, aunque es más frecuente a partir de los 8 años, en razas grandes y en animales con sobrepeso. Aquellos perros con enfermedades del desarrollo óseo, como la displasia de cadera o de codo, tienen tendencia a sufrir artrosis más tempranamente.
Cómo detectar los problemas articulares
Los primeros síntomas de la artrosis pueden pasar desapercibidos, pero dado el carácter crónico y progresivo de la enfermedad, cada vez se harán más patentes. Algunos de los signos que podemos detectar y que nos llevarían a sospechar de artrosis son:
- Cojera.
- Dolor al palpar las articulaciones.
- Dificultad para levantarse, especialmente tras pasar mucho tiempo tumbado.
- Problemas para subirse al sofá, al coche o las escaleras.
- Negativa a dar paseos largos, correr o jugar.
- Apatía, menor sociabilidad e incluso agresividad o miedo al contacto.
Si observas alguno de estos síntomas, acude a la consulta veterinaria. Se realizará una exploración de todas las articulaciones y puede que sea necesaria alguna prueba complementaria, como radiografías, para confirmar el diagnóstico de artrosis.
Tratamiento y prevención de la artrosis
Existen varias opciones de tratamiento encaminadas a mejorar la calidad de vida de nuestro mejor amigo:
- Fármacos analgésicos y antiinflamatorios para paliar el dolor y reducir la inflamación.
- Suplementos nutricionales como los condroprotectores y los ácidos grasos esenciales que consiguen mejorar la flexibilidad de las articulaciones y ayudan a mitigar el dolor.
- Alimentación específica y control de peso.
- Fisioterapia y ejercicios adecuados a su condición.
- Nuevas terapias: hidroterapia, magnetoterapia, acupuntura, homeopatía.
Recuerda que un tratamiento regular ayuda a prevenir recaídas y a obtener mejores resultados. Sigue las indicaciones de tu veterinario y no administres medicamentos para humanos, pues algunos son tóxicos para nuestros animales.